¿DIOS nos trae Pruebas? Conclusiòn

Posted by Blog del Pastor Edison Bernal | Posted in | Posted on 12:25:00 p. m.

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Ahora aremos una introducción del libro se Santiago y un análisis de Santiago 1:2-4  Y 1: 12-18

La carta de Santiago no siempre ha sido apreciada por la iglesia. De hecho, Martín Lutero la llamó “una epístola de paja” (refiriéndose a 1 Cor 3:12) por que no sonaba como las de Pablo, ni menciona la principal preocupación de Lutero, la salvación por la gracia. Sin embargo, esta carta es de extrema importancia para la iglesia actual.

El primer punto que debe notarse es que fue escrita a una iglesia que estaba bajo presión. Los cristianos no estaban siendo llevados al martirio, pero estaban sufriendo persecución económica y opresión y, bajo esta presión, se estaba destruyendo la iglesia. Hay dos formas en las cuales los miembros de la iglesia pueden responder a la presión extrema. Pueden tirar juntos y ayudarse entre sí o pueden entrar en compromiso con el mundo y dividirse en facciones de disputas ociosas. Santiago quería que sus lectores hicieran lo primero, pero lo que en realidad estaba pasando era lo segundo, pues la gente estaba luchando por abrirse paso en el mundo. Estos problemas hacen que la carta tenga mucha relevancia para la iglesia actual.

En segundo lugar, está llena de la enseñanza de Jesús. Ninguna otra carta del Nuevo Testamento tiene tantas referencias a la enseñanza de Jesús en cada página como ésta. No se trata de que Santiago cite directamente a Jesús, aunque a veces lo hace (ver 5:12), pero normalmente usa frases e ideas que provienen de Cristo. Sus lectores deben haber memorizado mucho de la enseñanza del Señor, y por eso reconocerían la fuente de estas enseñanzas. La mayoría de estas frases proviene de las enseñanzas de Jesús que ahora tenemos en el Sermón del monte (Mat. 5–7) o del Sermón de la llanura (Luc. 6). No hay mejor ejemplo en el Nuevo Testamento de un líder que toma la enseñanza del Señor y la aplica a los problemas de la iglesia. La carta de Santiago, por lo tanto, llega a ser un modelo para la iglesia moderna sobre cómo aplicar la enseñanza de Jesús.

La carta declara haber sido escrita por “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo”. Son varios los líderes cristianos a los que se puede aplicar esto. Pero Santiago (nombre que equivale al de “Jacobo”) el hijo de Zebedeo fue ejecutado entre los años 41 y 44 d.C. Después de Jesucristo (Hech. 12:2), y Santiago (o Jacobo) el hijo de Alfeo (Hech. 1:13) es tan des conocido que si hubiera sido el autor seguramente se habría identificado más claramente. En verdad, sólo hubo un Santiago (o Jacobo) lo suficientemente reconocido como para poder usar un saludo tan simple, o sea Jacobo el hijo de José, hermano del Señor por parte de padre. El fue visitado personalmente por Jesús después de la resurrección (1 Cor 15:7) y probablemente se convirtió en ese momento. Estaba con los apóstoles en Pentecostés (Hech. 1:14) y pronto llegó al liderazgo de la iglesia, siendo el más destacado de la iglesia de Jerusalén alrededor del año 50 Después de Jesucristo (Hech. 15:13–21; el hecho de que fue el último en hablar indica que era considerado el principal líder) y continuó en esa posición hasta después de la última visita de Pablo (Hech. 21:18). Mientras Santiago lideró la iglesia de Jerusalén, Hechos lo retrata como alguien preocupado por la unidad de la iglesia, dispuesto a negociar entre los grupos cristianos (eso es, los que estaban en favor y en contra de Pablo). La referencia en Gál. 2:12 no contradice este cuadro, porque no indica que Santiago sabía algo de las actividades de Pablo o sus mensajeros; sólo muestra por qué éstos eran considerados importantes. Santiago, según la tradición, fue martirizado después de la muerte de Festo en el año 62, cuando el sumo sacerdote Anás el Joven aprovechó la ausencia de un gobernador romano para llevar a cabo la ejecución.

1:2-4 Prueba. Los cristianos a los que se dirigía Santiago estaban enfrentando diversas pruebas. Estas no eran una persecución severa (y ciertamente no enfermedades, para las que se usan otros términos), sino más bien persecuciones de bajo nivel, tales como el rechazo social o el boicot económico. Eso ocurría simplemente porque eran cristianos.

Aunque sus pruebas eran penosas Santiago llama a los cristianos a gozarse, no porque el dolor sea agradable, sino porque deberían tener una perspectiva que mirase más allá de la vida presente hacia la recompensa celestial. El sumo gozo no es una felicidad presente, sino anticipación del futuro de Dios.

La razón por la cual podían gozarse es que esta prueba de su fe produciría perseverancia o paciencia. La perseverancia es una importante virtud cristiana, mencionada a menudo por Jesús (Luc. 8:15; 21:19; Mat. 10:22) y por Pablo (Rom. 5:3, 4; 8:25; 2 Cor 6:4; 12:12). Para aquellos lectores que conocían su Biblia, como ciertamente era el caso de Santiago, la importancia de esta virtud se subraya por el hecho de que Abraham fue la primera persona de la Escritura en ser probada (Gén. 22:1) y Dios recompensó su fidelidad.

Además, Job también fue probado por Satanás y en las historias que circulaban en el judaísmo del primer siglo sobre Job, él era el ejemplo supremo de perseverancia. Seguramente, estos cristianos podían esperar una recompensa similar.

Esto es lo que Jesús quiso decir cuando llama a sus seguidores a ser “perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mat. 5:48). Indica un carácter como el de Dios. Este tipo de madurez se produce por aferrarse firmemente a la fe y virtud cristianas durante el fuego de la persecución o la prueba.

Las impurezas del carácter serán quemadas. El resultado final no será sólo la madurez, sino la plenitud, lo que significa que no faltará nada en absoluto de un carácter semejante al de Dios. Si éste es el resultado final de las pruebas de los lectores, por difíciles que parezcan, ciertamente hay motivo para gozarse.

¿Qué ocurre si uno teme fallar en la prueba? La respuesta de Pablo hubiera sido que deben vivir, o ser guiados, por el Espíritu y la respuesta de Santiago es que deben pedir sabiduría a Dios, porque la sabiduría divina es el poder que él cree que contrarresta el mal en la vida humana. este en un buen complemento entre Pablo y Santiago, para salir de las pruebas.
Al pedir tal oración no será inútil, pues Dios es un dador generoso. Tampoco está limitada su generosidad por algún espíritu crítico que exclame: “¿Qué? ¡Tú otra vez!, ¿qué has hecho con lo que te di la vez pasada?” Lejos de tener una actitud de ese tipo, Dios simplemente da a todos los que piden de él, vez tras vez.

Pero hay un requisito si hemos de recibir la sabiduría: el pedido debe fluir de la fe en Dios, la “duda” sobre la cual advierte Santiago no es la de la persona que se pregunta si Dios contestará un pedido en particular, o la de un dudoso reflexivo luchando con la fe. Al contrario, es la de una persona de doble ánimo (la biblia Dios Habla Hoy, “que hoy piensa una cosa y mañana otra”), frase que tiene un estrecho equivalente en los Sal. (Sal. 12:1, 2) y que es lo opuesto de confiar en Dios desde lo profundo del propio corazón (Deut. 6:5; 8:3). En otras palabras, este tipo de persona que duda es el de quien no se ha entendido plenamente con Dios, sino que juega a estar seguro por medio de la oración. Su verdadero interés está en su progreso en este mundo, pero también quiere disfrutar de algunas bendiciones de Dios ahora e ir al cielo cuando muera. Santiago dice que tal persona no alcanzará la sabiduría. De hecho, no recibirá nada en absoluto de parte de Dios.

1:12–15 Prueba. El autor vuelve al tema de la prueba dando una promesa. Bienaventurado o feliz es la persona que persevera bajo la prueba. ¿Cómo puede decirse que tales personas sean felices? No lo pueden ser de acuerdo con la perspectiva del mundo, pero sí de acuerdo con la de Dios.
El ha prometido la corona de vida, o sea la vida misma (como en Apoc. 2:10) porque tales personas han mostrado que aman a Dios en verdad al soportar la prueba.
No todos demostrarán que son genuinos cuando sean probados. Los que fracasen o quieran ceder al ser probados quizá lo hagan echando la culpa a Dios: “Dios me está tentando”. (Las palabras traducidas “tentación”, “prueba” o “tribulación” son la misma)

Esto es precisamente lo que Israel hizo en el desierto; se quejaban de que Dios era responsable y le echaban la culpa a él (Exo. 17:2, 7). De hecho, lo hicieron diez veces (Núm. 14:22). Los creyentes a los que se estaba dirigiendo Santiago no debían hacer lo mismo, porque, en primer lugar, ¡Dios no debe ser puesto a prueba por los pecadores! (Eso sería una mejor traducción que Dios no es tentado por el mal). Esto es precisamente lo que fue enseñado a Israel en Deut. 6:16.

La segunda razón por la cual los creyentes no deben echar la culpa a Dios es porque él no tienta a nadie. ¿Cómo podría escribir eso Santiago cuando en Gén. 22:1 dice: “Dios probó (o “tentó”, que es la misma palabra) a Abraham”? La respuesta está en que, comenzado en el Antiguo Testamento y continuando en el judaísmo entre ambos Testamentos, historias como la de Abraham eran interpretadas como si dejaran fuera la verdadera causa de la prueba, o sea el demonio ( ej. Por ejemplo 2 Sam. 24:1 dice que Dios “incitó a David contra ellos”, mientras que 1 Crón. 21:1 dice que “Satanás … incitó a David”). Por ello, en el libro intertestamentario de los Jubileos, el relato de Gén. 22 sobre Abraham está reconstruido de manera similar al de Job. Debido a esta tradición interpretativa, Santiago, que en 2:21 cita Gén. 22 explícitamente, podía decir que la verdadera causa de la prueba no era Dios. La historia del Antiguo Testamento es verdadera, pero es una forma simplificada de la realidad.

Sin embargo, Santiago no quiere que se eche tampoco la culpa al demonio (aunque lo menciona en 4:7), sino que se acepte la responsabilidad sobre los propios hombros. Es la propia decisión lo que hace que una prueba o tentación sea tal. Esta decisión es lo que los judíos llamaban un “mal impulso”, o lo que los psicólogos llaman “estímulos”, es tan simplemente el “Yo quiero” sin hacer diferencia alguna. Esta cadena deseo-pecado-muerte establece el patrón para la sección siguiente.

1:16–18 Dones. En contraste con las malas cosas producidas por las decisiones, Dios sólo nos dará un don bueno y perfecto. Un ejemplo de ese don bueno es la sabiduría que se menciona en el v. 5, o sea la sección paralela. En el v. 17 Dios se describe como el Padre de las luces o Creador del universo. Pero a diferencia de la luna y otras luces celestiales que él ha creado, Dios mismo nunca cambia. Es siempre el mismo. ¿De modo que si él da bienes hoy, no dará males mañana? No, Su bondad se ve en que actuó por su propia voluntad (no fue un accidente) y así nos hizo nacer por la palabra de verdad, o sea que nos dio un nuevo nacimiento por medio del evangelio.
Su meta era la de hacernos primicias de todo lo creado. Las primicias se consideraban como lo mejor de la cosecha, de modo que Dios está convirtiendo a los seres humanos redimidos en la cumbre de la creación. Aquí vemos otras cadenas: Dios-palabra de verdad-nacimiento.

La decisión y el demonio llevan a la muerte. Al contrario, Dios produce vida.

Ahora leamos la Escritura:

Stg 1:2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

1. Es verdad que las pruebas nos enseñan a mejorar y tomar en un futuro mejores decisiones, pero siempre escuche a mi pastor (John Romick) decir esto: es más fácil aprender de los errores o experiencias de otros que uno tener que pasar por ellas.
2. Hace que ejercitemos nuestra Fe y no caigamos por segunda vez en el mismo hueco o prueba.
3. Nos enseña a confiar en  DIOS.
4. Nos Enseña a escuchar mas a nuestro espíritu, reconociendo que antes de una prueba él siempre nos advirtió y por nuestra desobediencia y no obedecer tuvimos que entrar en ella.

Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. 15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.16 Amados hermanos míos, no erréis. 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

1. Bienaventurado G3107 μακάριος makários forma prolongado del poático μάκαρ mákar (significa lo mismo); supremamente bendecido; por extensión afortunado, bien librado:-bendecir, bienaventurado, dichoso, glorioso.
2. La prueba debemos resistirla, así como lo hacemos con el diablo.
3. No podemos decir que DIOS lo hace, eso es ignorancia.
4. DIOS no tienta, ni es tentado por el mal.
5. Cada uno es tentado conforme a sus propios deseos o decisiones.
6. No erremos diciendo, creyendo, hablando o pensando que DIOS hará algo malo para enseñarnos, ÈL es bueno aun si lees bien en la palabra hay muchos más versículos de Misericordia, que de Juicio.
7. Y por favor nunca olvide y apréndase este versículo 17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.
8. No Olvide DIOS ES BUENO TODO EL TIEMPO.

Pastor Edison Bernal